15 de agosto de 2010

Acerca de la Supercopa


Como todos habéis visto o leído, ayer se disputó la ida de la Supercopa de España en el Sánchez Pizjuán. El Barça aterrizaba en Sevilla con sólo ocho jugadores del primer equipo y se hacía inevitable que el papel de los canteranos fuera definitivo en el choque. Análisis del planteamiento de Guardiola y de los canteranos.

Cuando conocí la noticia de que Pep Guardiola dejaba en Barcelona a los internacionales tuve claro que se trataba de un error. Si Casillas jugó ante el Bayern con el Real Madrid el viernes, si Navas pudo disputar los noventa minutos del partido ayer y jugadores como Busquets, Puyol y Valdés disputaron a la perfección los minutos que estuvieron en el campo en el estadio Azteca, ¿por qué no podía jugar anoche?.

Su respetable decisión me llenó de dudas, dudas que tomaron forma ayer. Evidentemente, el de Sampedor conoce como nadie a su plantilla y sabe del estado de forma de cada uno de sus pupilos, pero bajo mi humilde opinión, muchos de los internacionales españoles que fueron convocados por Del Bosque el pasado miércoles estaban en condiciones de disputar bastantes minutos en el Sánchez Pizjuán.

Con todo y con ello, lo cierto es que la primera parte del Barça ayer en tierras sevillanas no estuvo nada mal. Oriol Romeu, Keita y Jonathan dos Santos no tuvieron demasiados problemas a la hora de sostener un centro del campo capital en el sistema de Guardiola y el sueco Ibrahimovic volvía por sus fueros para marcar y hacer jugar al equipo. El único pero de los primeros 45 minutos fueron algunos malentendidos entre los jóvenes Miño y Sergi Gómez. Hablando de Sergi, me sorprendió su comparecencia como titular por delante de Fontàs, Bartra o Muniesa, futbolistas que hasta ahora habían sido las primeras opciones del filial para Pep en el centro de la defensa.

Pero en el segundo tiempo todo cambió. La entrada al campo de Cigarini y las posteriores de Kanouté y Negredo terminaron por decantar el partido para un Sevilla que con todo su arsenal en el campo es muy peligroso. Si bien es cierto que el resultado (3-1) fue demasiado abultado para lo acontecido en el terreno de juego, el conunto presidido por Del Nido fue merecedor de la victoria.

Para la vuelta, Guardiola deberá alinear a su once tipo si quiere llevarse la Supercopa, lo que significaría su octavo título con el Barcelona en tres años y el primero de David Villa, que casi con total seguridad disputará sus primeros minutos con la elástica culé.

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