La suplencia en los dos últimos partidos oficiales del
Barça del astro brasileño no ha caído en saco roto.
Se reabre un debate que lleva rondando la figura de
Ronnie casi dos años. ¿Qué le pasa a
Ronaldinho?. Pese a que su juego mejora a ráfagas, no está ni mucho menos a la altura de aquel
Ronaldinho que nos deslumbró en su primera temporada en can Barça ni al 2004-2006.
Para algunos es la falta de ambición, para otros la pérdida de condiciones físicas...También se dice que está aislado en el vestuario, que ya no tiene apoyos. He llegado a leer que hasta
Messi está más unido a
Gaby Milito que al propio mago.
Lo cierto es que
Ronaldinho lleva dos temporadas muy extrañas. Si bien el año pasado marcó 21 goles, sus lesiones se volvían en ocasiones repentinas, poco entrenamiento y demasiado gimnasio, las declaraciones de
Eto'o en
Vilafranca o el
Mundial tan pésimo que realizó en
Alemania. Demasiadas notas negativas para un crack.
Este año no comenzó del todo bien, pero cuando parecía que se estaba volviendo a reencontrar, llegó la famosa frase del desafortunado
Edmílson, "
En el vestuario hay ovejas negras".
Ahora se oyen rumores de que puede dejar
Barcelona en Diciembre, cosa que no se puede descartar.
Abramovich ofrece 100 "kilos" al club catalán y 10 netos para
Ronaldinho al año, una propuesta diríamos que irrechazable, pero para muchos falsa.
Roberto de Assís, hermano y representante del
Gaúcho, dice que él no ha recibido ninguna oferta, y el
Barcelona tampoco ha confirmado nada.
Rijkaard por su parte, confía en la vuelta del gran
Ronaldinho y explica que su suplencia es por el bien del grupo y hasta que el brasileño recupere su mejor nivel, situación por la que el "10" no ha protestado ni se ha referido a ella.
He podido oir que no existe realmente ninguna oferta, y personalmente creo que nadie va a pagar 100 millones de euros por el
Ronaldinho de ahora. No creo que el
Barça lo vaya a vender por menos de 50, pero 100 es demasiado para el momento en el que está
Ronaldinho, y más sabiendo que el brasileño, como muchos sostienen, se puede querer ir.
Es una historia curiosa y de solución difícil, y para la cual solo pido una cosa:
si el Gaúcho se va, que sea por la puerta grande.
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