12 de julio de 2010

Los mejores del mundo


Han tenido que pasar 74 años para que España levante por primera vez la Copa del Mundo. 74 años de injusticias, varapalos, mala fortuna, falsos favoritismos, sufrimiento, angustia, desesperación... pero por fin ha llegado la recompensa, y vaya si ha merecido la pena. Para todos los que no lo han podido ver pero que han apoyado desde arriba, podemos decir que somos la mejor selección de fútbol del mundo.

Mi primer recuerdo de un Mundial fue el de Francia 98. Recuerdo el fallo de Zubizarreta ante Nigeria, la batalla campal frente a Paraguay y la frustrante goleada ante Bulgaria. También me acuerdo de las críticas a Clemente, su batalla con la prensa y su cese en favor de José Antonio Camacho.

Me emocioné con el gol de Alfonso frente a Yugoslavia a centro de Guardiola para luego sufrir con el penalty fallado por Raúl ante la Francia de Barthez y Zidane.

Madrugué para ver como Al-Ghandour nos mandaba a casa en aquel polémico partido ante Corea, como Helguera se lanzaba a por el colegiado encolerizado, cómo lloraban todos los nuestros y como mi casa, mi ciudad, mi región y mi país vivían otra decepción más.

Tras Camacho llegó Luis, y con él al frente aterrizamos en Alemania para disputar el Mundial 2006. Tras una fase de grupos sensacional, la 'vieja' Francia nos dio una lección y nos selló el billete de vuelta a España por la vía rápida. No podía ser.

Pero en 2008 todo cambió. Los continuos vaivenes en el estilo de juego, las carencias a la hora de competir, la fragilidad defensiva, la ineficacia goleadora...

Luis Aragonés dio un golpe de timón. Se olvidó de los Raúl, Salgado, Albelda o Baraja para apostar por los Xavi, Iniesta, Cèsc o Silva. Se pasó de un fútbol correoso a uno de toque hasta la extenuación.

El punto de inflexión marcado por el 'Sabio de Hortaleza' fue evolucionando hasta patentar un estilo de juego, similar, si queréis, al del Barcelona. Un estilo en el que no se concebía no sacar el balón jugado desde atrás, mantener la posesión del balón y abrir el campo, todo ello sin olvidar las grandes virtudes históricas de España al contraataque.

En junio de ese año llegó el primer éxito que viví del fútbol español en el ámbito de las selecciones: la consecución de la Eurocopa de Austria y Suiza.

Fue un día emocionante, increíble y de sensaciones indescriptibles. España dio el paso que le faltaba para demostrar a todo el mundo que sabía competir y se subió al carro de las favoritas tanto para la Copa Confederaciones como para el Mundial de Sudáfrica.

Los escépticos no tardaron en saltar a la palestra cuando Estados Unidos nos derrotó en Sudáfrica el verano de 2009, pero el sustituto de Luis, el nuevo seleccionador Vicente Del Bosque, dio una auténtica lección de cordura y cerró filas en torno a sus jugadores, unos jugadores que la noche de ayer nos devolvieron a la gloria vivida hace más de dos años.

Hoy sólo deseo ver a Capdevila sujetando su copa, por un lado con el hombro y por el otro con la parte superior del cuello y a Pepe Reina deleitando a las masas en el escenario de la Plaza Colón en Madrid. Hoy sólo puedo decir que soy feliz. Gracias a todos los jugadores, cuerpo técnico, cuero médico y asistentes que han hecho posible este sueño. No sólo hemos ganado el Mundial, hemos unido un poquito más al país.

1 comentarios:

Nico García dijo...

Pues sí. Después de muchos años sufriendo, ya lo podemos decir tranquilos. ¡SOMOS LOS MEJORES!
Saludos desde La Escuadra de Mago