16 de noviembre de 2009

Mentalidad de hierro (Primera parte)


Recuerdo que el Barcelona de Rijkaard daba sus últimos coletazos. En Liga el Madrid se estaba escapando en la clasficación y el juego de los de Frank se tornaba monótono, insípido. Mucha posesión pero muy lenta y sin profundidad.

El Barcelona llegaba al Calderón a enfrentarse a un Atlético de Madrid que podía machacar la moral de los blaugranas.

Por las bajas, Iván Cuéllar iba a ocupar la portería del equipo rojiblanco, que ansiaba la victoria ante un grande como es el Barça y en su estadio, que siempre se le había dado bien.

Al final del partido y tras un increíble 0-6, una bombona de oxígeno llenó los pulmones de Frank Rijkaard y el Calderón estalló contra su equipo. Pero hubo un claro protagonista esa noche. Todos los focos miraron hacia él. 'Pichu', como así plasmaba su camiseta, fue el ojo de todas las críticas en las crónicas de los medios españoles.

Al final de la temporada, el Atlético decidió cederlo a Segunda División y el Éibar fue el destino del portero emeritense.

De jugar ante 50.000 espectadores a hacerlo ante 5.000 en el mítico Ipurúa. La de Cuéllar no fue una decisión fácil.

Pero por suerte el plan salió perfecto. Cuéllar jugó más de 35 partidos esa temporada y el Éibar logró la permanencia holgadamente.

Era 15 de junio y el Sporting de Gijón lograba el ascenso a Primera División diez años después. La ciudad no cabía en su gozo. El Molinón, rememorando épocas pasadas, se vino abajo cuando el árbitro pitó el final. Sporting 2-0 Eibar rezaba el marcador. El portero del conjunto vasco había sido Manu Herrera. Iván Cuéllar, que según los periódicos locales estaba negociando su traspaso al club asturiano, decidió no jugar ese partido para evitar suspicacias.

El ídolo de la portería rojiblanca, Roberto, había decidido no renovar con el Sporting y firmó tres años con Osasuna, que le triplicaba el sueldo. Tras muchas temporadas, la portería del equipo asturiano quedaba huérfana tras irse uno de los jugadores más carismaticos.

Pero el cuerpo técnico gijonés, liderado por Emilio de Dios y Manolo Preciado se decantaron por el prometedor portero emeritense y consiguieron, tras negociar con el Atlético, una venta con opción de recompra para los madrileños.

A la afición sportinguista no le agradó el fichaje. Todos recordaban al Cuéllar del Calderón y la sombra de Roberto era larguísima. La pretemporada tampoco ayudó. A 'Pichu' Cuéllar se le veían maneras pero no daba toda la confianza que la grada quería. De todos modos, Preciado confiaba en él.

Una semana antes del ansiado inicio de Liga por la afición asturiana frente al Getafe, unas molestias hicieron que Iván no pudiera debutar. Sergio Sánchez fue el encargado de defender la portería asturiana y no fue hasta el partido ante el Mallorca en el Ono Estadi cuando el 'Pichu' debutó en partido oficial con el Sporting.

El Sporting era el equipo más goleado y tenía cero puntos tras los cinco primeros partidos. Ese partido se ganó 0-2 con un partidazo de Cuéllar y tras él llegaron otras tres victorias consecutivas que colocaron al Sporting en mitad de la tabla.

La dinámica cambió totalmente y el equipo rojiblanco comenzó a funcionar secundado por un portero que estaba en plena forma. La grada comenzó a reconocer sus cualidades (...)

A lo largo de esta semana, subiré la segunda parte a la que todavía le faltan retoques. Un saludo a todos los lectores.

0 comentarios: