12 de abril de 2010

Míchel, el Guardiola blanco


Con Pellegrini prácticamente sentenciado (en contra de vuestra opinión, según los datos que arroja la encuesta inserta en este blog), varios medios de comunicación nacionales están publicando la terna de entrenadores que se postulan como sucesores del técnico chileno.

En estas listas se encuentran nombres que ya han estado vinculados en algún momento al Real Madrid, como son los casos de Benítez, Ancelotti o Mourinho.

Por primera vez desde que Florentino es presidente, el Real Madrid prioriza la búsqueda de un entrenador a seguir fichando jugadores, algo que me parece del todo acertado. Antes de formar un equipo, se debe conseguir un director que elija a unos jugadores válidos para su estilo de juego, un estilo que todavía no está ni mucho menos definido en la casa blanca.


El juego del Real Madrid debe centrarse en tener el balón, salir con el desde atrás y, a través de un juego rápido por dentro y profundo por las bandas llegar a la portería contraria. Mourinho y Benítez no abogan por este estilo de juego. Ambos preparadores basan su forma de jugar en una sólida defensa, unos jugadores muy disciplinados en el centro y una delantera con mucha velocidad para jugar al contraataque. Es decir, el Real Madrid volvería a jugar como cuando Capello o Juande Ramos estaban en el banquillo.

El caso de Ancelotti es distinto. Sus equipos, sobre todo el Milan que ganó su última Champions, se basaba en un juego de toque en el centro del campo y unos delanteros muy incisivos como Crespo y Shevchenko, con Kaká por detrás, jugador que saldría muy beneficiado con la llegada del italiano al Bernabéu.

Pero aun reconociendo la valía de Carlo Ancelotti, en mi opinión el entrenador idóneo para el Real Madrid de la próxima temporada es José Miguel González, más conocido como Míchel.

El Guardiola blanco contiene todos los ingredientes que debe tener un entrenador del Real Madrid. Además de ser un maestro en las ruedas de prensa, sus equipos se caracterizan por mandar en los partidos, por tener siempre una posesión del balón por encima del 60 %. Míchel conoce la casa blanca por dentro, la idiosincrasia madridista, sabe lo que desea la afición.

Además de todo eso, ha demostrado saber manejar situaciones complicadas como fue la de su hijo en el Getafe, y es uno de los ídolos de la afición al haber formado parte de La Quinta del Buitre.

La puesta de Míchel es evidentemente arriesgada, pero también lo fue en su día la de Guardiola y salió bien. Es cierto que lo inusual fue lo de Pep, pero Míchel cuenta con muchas más experiencia profesional que la atesorada por Guardiola cuando se convirtió en entrenador blaugrana.

El tema es delicado y hay opiniones para todos los gustos, pero para mí no hay dudas: Míchel debe ser el próximo entrenador del Real Madrid.

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