Las horas previas al actual clásico europeo Chelsea-Barça se vivía de forma diferente en ambos técnicos. Como es habitual, Mourinho empezó sus asiduas punzantes declaraciones pidiendo al árbitro del encuentro parcialidad, e ironizó diciendo "espero empezar el partido con 11, y terminarlo con 11".
Por su parte, Frank Rijkaard también siguió su particular guión, sin realizar declaraciones destacables ni salidas de tono.
A las 20:45 saltaban al césped de Stamford Bridge Hilario; Bouhlarouz, Terry, Carvalho, Ashley Cole; Makelele, Essien, Lampard, Ballack; Drogba y Shevchenko por parte inglesa, y por parte de los blaugranas, Valdés; Zambrotta, Puyol, Márquez, Gio; Edmilson, Xavi, Deco; Messi, Ronaldinho y Gudjohnsen.
El partido comenzó muy igualado como marcan los cánones en estos choques. Poco a poco, el Barcelona se fue haciendo con el dominio de la bola con jugadas destacadas de Messi y con Xavi llevando la manija del equipo catalán.
Poco después llegaron las primeras ocasiones por parte visitante, con un tiro de Messi que rechazó bien el luso Hilario y un remate de Xavi tras una espectacular jugada combinativa de los blaugranas que también despejó el hoy acertado guardameta Blue.
El tiempo iba pasando y el Chelsea se fue aclimatando al ritmo expuesto por el Barcelona y comenzó a presionar más e intentar salir al contraataque aunque no consiguió poner en peligro a Valdés, en parte por una aciaga noche del delantero ucranio Shevchenko.
El partido concluyó ens u primera mitad con una máxima igualdad bislumbrante en el marcador (0-0).
Tras los 15 minutos de parón, los dos equipos saltaron al terreno de juego con aires dispares. El Barcelona salió algo dormido, y el Chelsea lo aprovechó yendo a por el partido, algo que rubricó a los 47 minutos, cuando tras un centro de Ashley Cole desde la izquierda fue recepcionado por el marfileño Drogba, que tras revolverse ante Puyol y Márquez, conectó un tremendo disparo que se coló a media altura junto al palo izquierdo de Víctor Valdés. Golazo inapelable.
El gol no mermó al Baça, pero sí dio confianza al Chelsea que empezó a defender con una colocación impresionante -probablemente sea el mejor equipo defensivamente hablando del mundo-, y por ello el partido como auguró durante la semana el ex-blue Gudjohnsen, se tornó muy difícil para el combinado catalán.
El Chelsea se limitaba a frenar las acometidas de los cracks blaugranas y utilizaba su mejor arma, el contraataque, para llevar peligro a dominios de Valdés. Esto se vio reflejado en dos claras ocasiones, una para Drogba que salvó en una intervención perfecta Valdés y otro balón que Lampard envió por encima del travesaño.
Los últimos 15 minutos fueron un monólogo del Barça, que con la entrada de Giuly e Iniesta intentó manejar el partido a su antojo. Pero hoy no era el día del Barça ni de un preocupante Ronaldinho al que no le salía nada. Tan sólo un par de internadas de "Ludo" Giuly, un remate de cabeza de Messi y un disparo centrado de Deco intimidaron a Hilario.
En el minuto 92, el belga De Beekele ordenó el final del partido, al que se llegó con el 1-0 para el equipo de casa. El Barça cosechaba su segunda derrota en lo que va de temporada, tras la final de la Supercopa en Mónaco contra el Sevilla, en la que perdió 3-0.
Cabe destacar también los problemas físicos de Puyol, que tuvo que ser sustituido avanzada la segunda mitad por el canterano Oleguer. En principo el capitán no peligra para el domingo en el Bernabéu.
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