4 de marzo de 2008

Un futbolista lo debe ser dentro y fuera del campo


Lo de Banega no es nuevo. Una persona nunca debe conducir bajo los efectos del alcohol, pero mucho menos un futbolista profesional, cuya imagen sirve de ejemplo para muchos niños que lo idolatran.

El argentino no sólo se perjudicó a sí mismo con este acto, sino también a la entidad a la que representa, un Valencia que ya "disfrutó" del vídeo que circulaba por internet antes de presentar a su flamante fichaje invernal.

Éver Banega es joven, pero su gran calidad se ve empañada por estas actuaciones inmaduras e irresponsables, poco propias de un profesional.

De todos modos, el del futbolista ché no es el primero ni el último caso de esta índole por desgracia. Peleas callejeras, agresiones a cámaras o a periodistas, fiestas nocturnas, líos de faldas, drogas, discotecas... son muchos los jugadores profesionales que se dejan llevar pos los placeres de la vida sin pensar en la repercusión que pueden tener sus acciones en su carrera deportiva.

No quiero decir con esto que los futbolistas no puedan salir, sino que deben hacerlo siempre con máximo control y con responsabilidad, porque pese a quien le pese, no son personas normales y corrientes. Ser futbolista profesional no significa sólo salir a un campo de fútbol y jugar, sino que también tienen una imagen pública que deben de cuidar y mantener sana.

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